SILENCIO
Asesino!...
Asesino!...
Asesino!...
Asesino!...
Asesino!...
La
muchedumbre abuchea a la masculina figura en la tarima, su cuerpo
desnudo muestra los rasguños y grietas de sus desiciones, mientras las
cuerdas amarran sus manos y el velo cubre su rostro; su alma llora las
perdidas de las cuales es culpable y conspirador.
Cuelgenlo!...
Cuelgenlo!...
Cuelgenlo!...
Cuelgenlo!...
Cuelgenlo!...
Prosigue el concierto de enarmonicas congeturas.
El
verdugo se aproxima; sube glamorosa y hostentosa la muerte. Su belleza
detiene el bullicio, acalla los murmullos y llena el silencio de
suspiros.
Desata con gracia y sutileza embelesante las
ataduras que detienen las manos. Ya libres, las manos dejan caer al
suelo mojado por previas lluvias el asfixiante velo revelando mi rostro.
Soy yo quien abuchean con tanto ainco, con tanto odio.
Ella
se aserca gentil, La parca. Me abraza con fuerza; tanta que me ahoga,
no me dejara ir nuevamente, esta vez no hay contrato. Sus labios de
mujer besas mi frente, nunca me olvidara, nunca dejare de ser algo mas
que un recuerdo. Tiernamente posa mi cuerpo de rodillas; postrado frente
a la horca. Seduciendome coloca la soga en mi mordido cuello; marcas de
placeres paganos, la aprieta con fuerza -
Sabe que me agrada-.
Silencio. Solo silencio...
Me
mira fijamente, intentando grabar el preciso instante de mi muerte,
aquel donde mas belleza se dislumbra al borde del fallecimiento. Observa
mi cuerpo consumido en la desnudes, aún con el color de la vida,
precisando los tintes que han de ir en el recuerdo. Sube lentamente
mientras se dirije sigilosa hacia el asta de la horca, posando la vista
en mi rostro vivo, escribiendo en su cien la descripcion perfecta; sin
errores, de mi cara. Ahí, en ese instante la extrañesa se dibuja en su
mirar, no ve dolor ni ve pena... No ve tristeza o arrepentimiento. Gozo,
Si!, el gozo y el anhelo es lo que ve.
Con ella quiero ir a dormir.
Sentencia,
se dicta como un acta que se firma con sangre. Delincuente de
corazones, ladron de anciedades, desertor de amores y aseisno de
emociones...
Luego silencio. El susurro del asta previo al
grito de la compuerta. Un crujir. El tenue sonido del viento meciendo
un cuerpo. Silencio. Se ha ido...
En silencio una mujer...
En
silencio me acosté me quite mis tangas, abrí mis piernas. Empecé a sentirme, mis
dedos acariciando lentamente aquella humedad. Sentía como mi vagina palpitaba y
ebullia mientras te deseaba, y suspiraba por tenerte dentro de mí. Fui moviéndome
lentamente, mi respiración cambiaba mientras mis dedos simulaban tu virilidad penetrándome
fuertemente hasta llegar a un clímax agónico…
Mi
respiración se agita como una tormenta; torrenciales deseos se irguieron en mis
senos, elevando los gemidos hasta el punto de desear morder. Tus labios, tu
sexo, tu compañía, eran los gemidos que sobrecogían mi garganta. La mente se contamino
con la perfecta lujuria; recorriendo cada parte de mi cuerpo como si fuera una
enfermedad terminal. Se dio paso al propio instinto, semejante a la necesidad
de respirar.
Los
deseos se apoderaron de cada una de las fibras de mi cerebro, creando ilusiones
sacrílegas del imaginario encuentro que evocaste sin percatarte...
Fausto
Una imagen surge
entre las luces del chorro de Quevedo, una fuente que ya no tiene agua limpia y
varias figuras rondan por el lugar, artesanos vendiendo sus productos, viajeros
de otros países que visitan la capital para descubrir lo hermosa y peligrosas
que esta puede llegar a ser. Ciudadanos deambulas nocturnamente, las luces de
los faros alumbran el lugar y los bares se ves abarrotados de gente bebiendo
tragos que saben que les provocaran acciones de las cuales no se arrepentirán
en su interior.
Una figura
masculina cogía de la mano con otra figura un poco mas grande caminan al
parecer hacia su hogar para descansar del ajetreo diario.
-papa, porque la
gente se sienta cerca de esa estatua en esa banca?- dice una de las figuras con
vos aguda.
-hijo, pues es la
estatua de "el guardián"- dice la figura mas grande a la mas chica, arrodillándose
cerca de esta y señalando el lugar prosiguió -Hay esta sentado el, quien espera
aun a su amada.
Se ve una banca cerca
de la fuente, allí, una estatua de un hombre sentado con un cigarrillo en la
mano, mirando un reloj de bolsillo. La gente pasa y pareciera que la estatua
cobrara vida propia y se denotara el movimiento de sus pupilas al ver la hora;
hasta ahora no se sabe que hora era ni cuanto espero el, pareciera que el
cigarrillo siguiera consumiéndose a causa del viento y que los ojos de la
estatua mostraran sus pensamientos si se les miraba fijamente.
-¿pero porque
esta eso allí?- pregunto la figura mas pequeña mientras se acercaba lentamente
a la estatua.
-Esta esperando-
contesto la otra figura -si quieres te cuento su historia- prosiguió mirando el
infantil rostro de la figura cogida de su mano.
-Claro!!!, cuéntamela-
contesto la figurilla saltando y riendo de la emoción por escuchar la historia.
Se sentaron en la
banca, al lado de la estatua, mientras la gente seguía pasando sin percatarse
de la situación que se estaba desarrollando en aquel instante.
-hace muchos
años, un joven músico descubrió que la felicidad no estaba simplemente en una canción
o en un poema, sino que esta se podía encontrar en formas mas exquisitas como
el cuerpo de una mujer, como su aroma, como su espíritu y su alma.
La conoció de una
forma muy particular, en una exposición de obras de arte cerca de aquí, la conoció,
de pronto todo surgió como si fuera la explosión de una estrella a millones de
años de aquí, salieron y comenzaron una vida juntos. Pero como era de esperarse
no todo en la vida es tan fácil. Los problemas empezaron, peleas, discusiones,
platos rotos y tiradas de teléfono. No era una situación que a muchos les
guste. Bueno, todo termino una noche, en la que el joven por orgullo partió de
la vida de ella, y empezaran a vivir separados.
Ella encontró a
otra persona, mientras el compartía su cuerpo con diferentes mujeres, amanecer
solo mientras un vacío empezaba a crecer en su corazón deambulante. Pasaron
algunos años mas, y él se rencontró con ella. La seguía viendo tan hermosa como
antes, sino es que aun mas bella, el por otra parte había logrado ser exitoso,
famoso, un gran artista; músico y escritor, pero no parecía estar reflejado en
su rostro lo que se denominaba como felicidad, si había alcanzado sus mas
grandes sueños, pero a través de los años estaba buscando algo mas, que nunca encontró.
-¿es algo así
como tu y mama, verdad?- pregunto interrumpiendo la figurilla sentada en las
piernas de la figura mas grande.
-Si hijo mio,
algo como mama y yo- contesto, y prosiguió narrando la historia- Ella lo miro y
sonrió, el la miro y se abalanzo a ella para darle un abrazo, pareciera que
hace mucho tiempo el joven no había probado del fruto de la alegría y estaba un
poco sediento de esta. La miro y con los ojos llorosos le dijo:
-Amada mía, hoy e
descubierto lo que a mi vida le faltaba, tengo todo lo que siempre quise en mis
manos, pero no tengo lo que siempre quise en mi corazón. Te amo, y quiero que
volvamos, yo guardare tu alma en castillos de plata, y buscare tu cuerpo entre
los bosques de los sueños, te amo, y no quiero volverte a perder.
Ella simplemente lo
miro, sonrió, y le dio un beso en la frente. Empezaron a verse un poco mas
seguido, una, dos o tres veces por semana, salían a comer, al cine, hacían
cosas que al parecer hace mucho no se atrevían a hacer con el otro por miedo al
rechazo o a algo peor... el olvido.
Pasaron 6 meses,
y el joven con una leve sonrisa le dijo a ella: -Veámonos, mañana aquí mismo,
al lado de esta fuente, bajo el manto de las estrellas y mientras aun brilla la
luna, yo te esperare aquí, hasta que llegues-
Paso el resto del
día, y llego la noche del día siguiente, el joven iba dirigiéndose hacia este
mismo lugar, se sentó en esta misma banca, y espero. La gente pasaba así como
pasa ahora, porque la vida de uno no importa en la de los demás, pero para el,
la vida de su amada importaba mas que la de los demás; el podía destruir el
mundo si ella se lo pidiese, o podía crear el jardín mas bello y mas raro, solo
por verla reír. Así espero el, nadie sabe cuanto espero, ni porque ella nunca apareció,
pero el espero, y algo sucedió, cada año, el martes de la primera semana del
mes de Abril, el venia aquí, no importaba que tuviera que hacer el venia, y se
sentaba en esta misma banca, a seguir esperándola....
Emily
El
clima nunca cambia en la ciudad, siempre es el mismo. El cielo y sus nueves,
negras como el mismo averno, se agrupan sobre las calles de la ciudad,
dispuestas a hacer estallar su furia sobre sus habitantes, lloran incesantes
lagrimas, caudales de gotas que bañan los cuerpos de quienes navegan el
pavimento hacia sus nostálgicos trabajos, mórbidos hogares, intranquilos
colegios o simplemente esperan a que cesen las lluvias, y así poder caminar
tranquilos entre la flanqueada calle. Edificios de diferentes tamaños se
yerguen alrededor de los ciudadanos, todos restos y vestigios de lo que en un
tiempo se soñó como una metrópolis. Una ciudad que ahora solo conserva de sí
misma la falta de memoria y los mendigos que recuerdan a sus congéneres que
nada mejorará, todo seguirá igual.
El
clima, sus nubes, el cielo, sus habitantes fríos y hostiles, contrastan a la
perfección con los colores de sus edificaciones. Un cuadro compuesto por algún
creador, o destructor en sus ratos de ocio. Una obra de arte que no podría más
que relacionarse con el expresionismo, o quizás con el oscurantismo.
Hoy
en día, es más difícil encontrar a un religioso que a un pagano. Mas, no
importa que tan devastado este el mundo, la oscuridad nunca abarca todo lo que
toca y no alcanza lo más profundo del ser humano. Sin importar que tanto se
desee, siempre hay algo de esperanza, camuflada, escondida, pero nunca
aniquilada.
Incluso
entre tanta ausencia de cariño y euforias, como sucede con esta ciudad, que
ubicada entre cordilleras, escondida entre paisajes, posee amalgamas, colores,
relieves, fauna y flora diversa, contaminada por la injuria, gula, avaricia,
ira, orgullo, y lujuria del hombre. Todo
cuanto pudiera ser violentado, lo está. Dentro de todo lo que pudiera estar
ultrajado existe la esperanza, la fe en que así el final fuera trágico, mortal,
aún puede mejorar y ser algo idílico, soñado.
Así
viven y sobreviven los habitantes, entre prostitución, drogas, violencia y
engaños. Combinan naturalezas instintivas y egoístas con sueños ideales y
alegóricos. El bien y el mal conviven en un caos insano que lleva a la locura
la mente de todo aquel que pisa el asfalto.
Entre
los diferentes habitantes hay quienes sobresalen en los diferentes contextos
que pueblan las callejuelas y centros culturales. Tantos que no se pueden
contar o conocer por completo. Seres que se salen de los cabales de la
normalidad, en los que el caos es más evidente. Conviven y combaten contra sus
demonios y demencias, llegando a un extremo u otro, locura o cordura, vida o
muerte. Sus debilidades son cualidades y a la vez mortales enemigos.
Uno
de estos seres es Emily, una joven de 23 años a la cual sus demonios perturban
gravemente. Enemiga de muchas banalidades y sin embargo una banalidad en sí
misma la domina, la curiosidad. Científica erudita, poetiza y musa, artista
desde lo más profundo de su convicción y mujer de ciencia desde lo mas
recóndito de su voluntad. Con sus ojos amarillos como el trigo, piel blanca
como el mármol, rostro armonioso como una sinfonía. Pareciera construida por
los mismo dioses griegos, quienes al entender que su creación sobrepasaba todo
lo natural deciden hacer de su destino el de un héroe sin darle la oportunidad
de ser uno. Una tragedia griega.
La
soledad y la inconstancia social la convirtieron en un ser tranquilo. Su
curiosidad la llevaron por caminos que nunca pensó recorrer, y que a nadie en
su entero juicio debería conocer. El amor llego a ella en un sinfín de formas y
personas, todas rechazadas por su misma insistencia y cariño a la soledad que
tanto le domaba. Su ser se acercaba lentamente en un abismo del cual le sería
imposible escapar. Nunca tendría la oportunidad de arrepentirse de ello.
Aunque
su crianza fue común, la sociedad de los desafiantes, personas fuera de lo
común, libertinos, liberales, socialistas, lujuriosos, artistas, locos. Todo
cuanto la rodeo la llevo a terminar siendo de uno de los tantos grupos que no
cumplen a cabalidad la moral de la sociedad. Renegó de la religión común,
volviéndose carente de un Dios explicable por dogmas ya establecidos. Llenando
su juventud con el único amor que sintió alguna vez por un ser humano, amor que
se quebró como un espejo, dejando en ella marca imborrable. Destino su ser a la
cotidianidad, días iguales, sin sobresaltos, paz y tranquilidad en un mundo
devastado por las calamidades y una ciudad absorbida por los prejuicios y
mortalidades de la política. Dedico su juventud a la lectura, lo que la llevo a
tener dominio de un sin número de actividades, arte y ciencia. Así como al
trabajo, lo que hacía que su tiempo se limitara a horas destinadas a descansar
el cuerpo, comer y esporádicamente a la vida social, a la que muchos dedicaban
más del tiempo necesario.
Sus
extensos conocimientos sobre diferentes temas la convertían en una excelente
compañía, ya que el tema de conversación no escaseaba, algo poco común entre
las personas de esa época. Los temas oscilaban entre filosofía, ciencia,
cultura general y algunas banalidades, con ella, se entrelazaban formando un
tejido casi interminable de charlas, las cuales con amigos o conocidos siempre
debían acabarse a causa de las horas que habían pasado y que daban el momento
justo para que Emily volviera a su vida rutinaria, a su mundo personal.
La
poca importancia que les deparaba a las personas que convivían con ella, por lo
menos lo que ellas percibían por parte de Emily, era nulo. Pareciera no
importarle lo que pasaba con los demás, ya que no frecuentaba llamar, y
desaparecía por largas temporadas sin dar indicios de vida a ninguna persona.
Muchos se acostumbraron a ello, pero otros, llegaron a sentir una rabia casi
incontrolable por esta actitud. En poco tiempo, Emily, empezó a perder gente
que la quería realmente y la apreciaba aun con sus defectos, un caso en
especial fue un hombre que la amo, en poco tiempo la belleza y la oscuridad
interna que ella poseía dentro de si llevaron a un joven a que intentara romper
el paradigma que regia su vida y se enamoro de ella. Pero nada cambio y el
joven, que tenía como nombre Criss, llego a sentir tal actitud por parte de
Emily que callo en la locura, un año después terminó en el asfalto de una de
las calles de la icónica ciudad, con la cabeza quebrada en cuatro partes, la
sangre que antes recorría su cuerpo ahora yacía esparcida por todo el lugar,
empapando carros y ventanas, ese inerte se encontró a las cinco de la mañana,
justamente cuando todas las almas salen a cumplir su horario matutino. Una
carta entre sus ropas, mostraba la razón por la cual atento efectivamente
contra vida, un frasco de medicamentos junto con una prescripción firmada por
un reconocido psiquiatra de la zona, calmantes, y un celular quebrado, aun
encendido y funcional, mostrando en su pantalla un mensaje de texto recibido
hace solo 4 horas antes, el cual aun estaba abierto y legible:
“Te cuento que la semana
pasada fui a visitar a mi hermana y me invito a viajar así que estoy aquí con
ella. Por otro lado le deje el celular a mi papa y me acabo de llamar que tengo
casi 90 llamadas perdidas y mensajes de voz y texto. No creo que sea lo mejor
ni tampoco que tuviera que pedirte permiso para viajar. Tenemos que hablar
cuando vuelva, te buscare. Cuídate.”
El
oficial que lo inspecciono no lograba entender el porqué del suicidio, aquel
mensaje lo tenía desconcertado. Por lo que se vio en la obligación de abrir la
carta encontraba, bañada en sangre y materia gris, esta decía:
“No logro comprender
porque soy tan poco importante para ella, le demostré amor como nunca antes lo
había hecho. Si la busque era porque deseaba verla por sobre muchas cosas. Sus
constantes faltas, solo demuestran que el amor que ella me profetizaba era un
juego superficial que solo puede resumirse en un capricho momentáneo. No puedo
vivir con esto, lo intente, no pude, no lograre superar esta sensación de
frustración. Este odio que siento por ella y esta tristeza solo puede aplacarse
de una forma y esa es terminar de raíz el problema, si es mi mente la que me
atormenta, si es su recuerdo el que me tortura, acabare con mi mente, mi cabeza
a de ser cegada para no recordarla más…”
La
carta, el suceso, el joven Criss y el mensaje fueron a dar a los periódicos más
amarillistas de la ciudad, la noticia se supo hasta en los lugares más
recónditos de las comunas, que abarcaban las fronteras de la ciudad con sus
vecinas regiones. Mas, Emily, nunca supo de la desaparición de aquel joven, nunca,
aunque vio la noticia del suceso, se entero de que esa historia tan absurda y
trágica tenía relación directa con ella, como detonante más que causante, como
actora pero no protagonista.
Así
marcaba ella la vida de algunas personas, algunos se acostumbraron a sus
desvaríos momentáneos de soledad extrema, esos en los que pareciera desaparecer
sin dejar vestigio alguno sobre la tierra. A otros, no los llevaba hasta la
muerte, pero si a lugares peores. Andrei, un joven de 30 años, escritor y
profesor consagrado a su trabajo, era un mujeriego, no bebía, fumaba en exceso
y parecía ser de esas personas que podrían enamorar a cualquier mujer con solo
tener una conversación. Andrei solía frecuentar un bar en la zona más
reconocida de la ciudad. Una noche, Emily paso por allí a tomar unas copas con
algunos amigos de ella; esos amigos que quieren sin importar la distancia, esos
amigos que quieren pero no aman locamente, con entrega total, amigos que
siemp0re se quedaran en eso, amigos. Allí conoció Andrei a Emily, conversaron
como nunca antes lo habrían hecho los dos en alguna parte de sus vidas, aunque
Andrei no era tan brillante e inteligente, logro mantener la conversación con
Emily hasta tal punto que pasaron más horas de lo usual entre las
conversaciones que lograba sostener Emily. Decidieron volver a verse, pero lo
que abarcaba a Andrei más que cualquier otra cosa en esos momentos era una
pasión, una lujuria, una lascivia por el cuerpo de Emily, algo evidente incluso
en la conversación y en la forma de mirar de Andrei a Emily. Aunque Andrei
siempre era capaz de mostrar, casi con orgullo y satisfacción, era su capacidad
de decir lo que pensaba, sentía y creía con respecto al sexo por una mujer u
hombre sin importar lo que pensaran de él. “Una
personalidad arrolladora” llego a decir Emily en alguna ocasión.
Todo
estaba como debería estar, se encontraban para saciar sus sexos excitados y
conversar sobre diferentes temas. Las reglas estaban establecidas, el juego
estaba claro y las cartas sobre la mesa no hacían que se cruzara la línea entre
sexo y amor. Pero Emily era un ser extraño, extravagante y único, lo que causo
en Andrei la ruptura de sus propias reglas, llevándolo a enamorarse
perdidamente de ella, dedicándole más tiempo en su cama que a cualquier otra
mujer que antes hubiera tenido. Propuso romper todo balance al demostrarle a
ella que no deseaba ya más el juego que estaban llevando, grave error y mortal
decisión. Se relacionaron como pareja y todo empezó a decaer, en 2 meses todo
acabo con Andrei. Las desapariciones momentáneas de Emily llevaron a una
obsesión “argumentada” el amor de Andrei. El tampoco pudo con la ausencia que
esta le respondía a cambio de la atención que el le brindaba. Todo cuanto
poseía Andrei lo dejo atrás, la locura se adueño de el, entro en shock y empezó
a creer que Emily no era real, y solo un producto de su mente solitaria. Tanto
lo creyó que realmente enloqueció. Imaginándola en su cama en las mañanas y las
noches. Soñándola a plena luz del día tal cual como el deseaba tenerla, atenta,
constante, a su lado. Andrei, el hombre mujeriego y viril termino en el Asilo
Santa Teresa, hablando con una mujer que ahora solo existe en su mente.
De
todas las personas que han recorrido esta ciudad, solo Emily lograba tales
efectos caóticos en las personas, por su forma de ser terminaban rompiendo los
límites de la cordura y la vida al enamorarse de ella. No es su culpa, todos
saben cómo es ella, pero ninguno se acostumbra, solo unos pocos por razones que
solo ellos entienden logran obtener de ella algo. El resto, solo se deja
consumir por sueños y mentiras que ellos mismos crean, idealizando a alguien
que no desea ser idealizada, y que en cualquier momento y sin aviso, puede
evaporarse y nunca volver.
¿A
qué se debe esta constante soledad de Emily? Muchos se han hecho esa pregunta,
mas ninguno ha logrado obtener una respuesta. Solo yo la conozco. Yo provoque
dicha soledad, me enorgullezco de ello ya que ella intento engañarme a mí
también, mas, a diferencia de los mortales, yo tengo mis métodos para vengarme.
Ella al final vendrá a mí, así como la primera vez. En solo 7 meses, 5 días y 3
horas Emily permanecerá conmigo en la eternidad del averno. La creación más
hermosa de los cielos caerá a lo más bajo de la espiral del infierno y se
quedara a mi lado, nadie nunca la tendrá más tiempo que yo, Shaytan.
El
recuerdo de nuestro encuentro esta tan fresco como si hubiera sido creado hace
solo unos pocos minutos. Su desesperación, su regocijo, su emoción y perturbación
están tan frescas en mi mente que su rostro nunca será visto por los humanos de
la misma forma que yo lo veo. Fue hace ya diez años, cuando la conocí. Desde
muy niña Emily ha tenido un gran interés por variados temas, con tan poca edad
ya conocía sobre ocultismo básico y alquimia, era muy buena buscando e
investigando, pero nunca supo detenerse cuando algo la envolvía con curiosidad.
Así llego a mí, por su curiosidad y el temor a perder a su madre, enferma, a
punto de dejar partir el alma escapar de su cuerpo semi-descompuesto. Emily
amaba realmente a su madre, se podría decir que de haber teniendo la
oportunidad de cambiar de roles con su madre, lo hubiera hecho sin reproche ni
titubeos.
Después
de la muerte de su madre, Emily se enfrasca cada vez más en el ocultismo, tanto
que sin darse cuenta da con el “Verum
Coram”, Libro antiquísimo, solo algunos pocos dan con él y logran entender
su funcionamiento. Pero como era de esperarse, Emily lo consiguió. Descifró el
patrón y en un acto de mordaz desesperación me invoco.
Un
cementerio a media noche, huesos de cordero, velas aromáticas de diferentes
fragancias, la oración del libro y una daga ornamentada fueron el ritual para
realizar la hazaña. Todo lo realizo con precisión casi matemática. Su único
error, olvidar el circulo de protección. Pobre ingenua. Esa noche el cementerio
estaba desolado, solo el canto idílico de los cuervos surcaba el horizonte de
la media noche, la luna en su fulgor esplendoroso se alzaba sobre la mórbida
ciudad, luna llena, el ambiente perfecto para llamar mi atención, ya prestada
por los acontecimientos pasados. Emily es una joven fascinante, su corazón
abarca tal oscuridad que aun si no hubiera realizado el ritual establecido en
el Verum Coram igual hubiera asistido
a su llamado, solo sus hermosos labrios rojos deberían pronunciara mi nombre y
sin espera estaría allí.
Presta
a lo que sucediera, no titubeo al verme, aun estando en forma humanoide, supo
que era yo y no tuvo miedo. Solo espero una formal presentación y sin más
espera proclamo a los cuatro vientos lo que deseaba con gran vehemencia.
-Deseo volver a ver a mi
madre y mi alma será tuya en los próximos 5 años. ¡Concédeme mi dedeo Shaytan y
déjame ser feliz otra vez!
No
dijo más, y de rodillas cayó al suelo con el verum Coram en las manos. Sus lágrimas brotaron de los ojos como la
lluvia brota de entre las nubes de este día. Que sencillo es complacer el
corazón humano, aun uno tan dotado y majestuoso
como el de Emily.
Así
fue pactado, solo faltaba la firma en el contrato, todo debe hacerse como debe
ser, términos y condiciones. Una pluma de pavo real, sangre como tinta y un
pergamino como contrato. El pacto se cello en menos de lo que muere un ave.
-Tu alma será mía Emily.
Nadie más que yo será tu dueño. El amor te tocara pero no te llevara de mi lado
y cuanto hombre te ame será maldito con la locura. Tu deseo será cumplido
cuando cumplas tu estadía en la tierra, horas antes de que desciendas al averno
tomando mi mano. Así queda pactado, así queda el contrato. Firma aquí, aquí y
aquí.
No
hubo marcha atrás, no hubo titubeos por parte de ella, todo fue sellado,
pactado y archivado. Su alma sería mía cuando más de un alma ella hubiera
condenado. Una película, la mejor de todas, su vida es una tragedia griega en
la que el amor vence al amor, en la que la locura sobrepasa toda moralidad y el
mal sobrepasa el bien, aun cuando haya esperanza, esta muere en algún momento y
es dominada por la agónica desesperación de saber el final.
Nunca
tendrás tiempo de arrepentirte, ni por ti ni por tus amantes. Aun cuando llenen
tus expectativas, tú y este contrato que nos une, sabotearan a Cupido y
desterraran la fe y la esperanza a un plano sub-real que nunca conocerás, solo
hasta reunirte con tu madre sentirás lo que tuviste y no aguardaste.
El
sol surge de nuevo, el horizonte lo muestra. Los Dioses están por llegar,
ángeles están por socorrer a su compañera caída, en desgracia la verán, y en
desesperación rogaran a sus hermanos una solución que nunca llegara. Nunca
permitiré el arrepentimiento de esta criatura, es mía.
Venas del camino
Los
hilos rojos se aferran a la vida de quienes están destinados a encontrase, todo
es una ecuación ilegible que rigue el destino de aquellos que surcan los caminos
que denominamos vida, y que simplemente se encuentran para dar paso a lazos
que rigen el corazón, la familia y la amistad...
Pero
hay hilos que se cruzan, se estiran; no se rompen, creando lazos que
superan las espectativas del camino que seguimos, y rompen los paradigamas del
destino al cual estamos sometidos...
Leer la Soledad
"Deseo
la compañía de unos oidos atentos para leer mis versos, opacando el silencio de
mi habitación con palabras que llenen el corazón. Añoro la presencia de unos
ojos expresivos para observar su luz al terminar mis escritos, acabando toda
serenidad entre besos y caricias sin par...
Deseo
quebrantar las leyes del tiempo y el espacio con cuanta letra salga de entre
sus brazos. Apartandonos de todo camino que este en nuestro destino.
Arremetiendo con lasiva pasión toda presencía de sufrimiento y dolor...
Deseo
la magia de su piel cuando todas sus palabras tienen sabor a miel, y mudos nos
dejamos seducir sin espera a que la noche llegue con su oscuridad
eterna..."
La mente Andrógina
Cuando
la oscuridad abarca cada rincón de una habitación y el silencio se pone sobre
el aire que respiramos, la mente surca cada pensamiento, lo seduce y lo trae a
flote. Un cigarrillo, es el único brillo que rompe la ausencia de compañía. En
esos momentos que la mente empieza a divagar en temas que parecen de suma
importancia, son aquellos en los que sin darnos cuenta reunimos un teatro lleno
de personalidades. Todos iguales. Todos la misma persona. Son momentos en los
que cualquier tema que hayamos visto en una lectura, oído en una conversación e
incluso evocado por algún suceso de la vida surge para dar en aquel teatro una
conferencia, que no se da todos los días. Siempre el exponente es el mismo,
diferentes puntos de vista en un solo sujeto, que se ataca y se contradice con
argumentos y opiniones, hasta dar con un punto a favor en sí mismo y dar por
terminada la consulta.
Así
se inicia esta noche, con un cigarrillo que se consume entre los labrios
mientras palabras que nunca se conocerán surcan el espacio de la mente. Surge
ese teatro que tanto público tiene cada noche. Asistentes de todos los lugares
del ser se reúnen bajo el mismo techo para definir una opinión, para luego
transmitirlo al mundo fuera de “yo”.
En
la entrada del teatro un letrero “Conferencia sobre la mente andrógina”, todo
esto a causa de una charla entre estudiantes de la facultad de Humanidades de
la Universidad Central, donde, en la asignatura de Literatura y creación, se
les asigno leer el último capítulo de “Un cuarto Propio”, escrito por Virginia
Woolf. La idea de una mente andrógina es algo que en lo personal me intriga
como a todos los presentes en esta sala. Pero no sin antes pasar por qué
significan esas dos palabras. Se define mente (según el diccionario de la real
academia española) como un conjunto de actividades y procesos psíquicos
conscientes e inconscientes, especialmente de carácter cognitivo, y andrógina
como dicho de una persona cuyos rasgos externos no se corresponden
definidamente con los propios de su sexo. Pudiendo así concluir que la
expresión “Mente andrógina” como las actividades y procesos psíquicos
conscientes e inconscientes en un cuerpo sexualmente definido que no se rige
por este. Las posturas son diferentes en
cuanto a este tema. Woolf, Coleridge, entre otros. La idea es básicamente la
misma, una mente que no se debate entre si es hombre o mujer, no tiene
preferencias al momento de crear (el ejemplo propuesto por Woolf, Shakespiare).
El
silencio abarco por un momento el teatro. Momentáneamente se escucho a un grupo
de los presentes murmurar. De repente uno de ellos se levanta, mira fijamente
al exponente; que sin lugar a dudas es la viva estampa de sí mismo (como si se
reflejara en un espejo). Toda la sala, incluso los balcones más altos, dirigen
su mirada al sujeto que quiere hablar. Yo creo que no es tan necesario ser
andrógeno, me explico, siempre en una mente creativa debe haber un péndulo, un
caos voluntario, y ese caos debe depender de lo que se quiera crear. Si en una
novela “X” se desea crear el personaje de una mujer, pues debería acceder a su
parte femenina y si desea un personaje masculino, su parte masculina, y así
jugar con esos estados, oscilando para hacer una gran variedad de personajes.
Sin
embargo, interrumpe respetuosamente el exponente, que mirando al invitado le
sonríe mientras habla. Sin embargo, no podemos decir que se deba oscilar entre
esos opuestos, sería como “estar y no estar”, se debe tener un punto medio, un
punto fijo, para crear algo estable.
El
publico asiente con la cabeza, dando su apoyo al exponente, pero el invitado
(aun sin sentarse) no asiente, mira fijamente a su interlocutor, casi
desafiante. No creo que eso sea algún tipo de indecisión, creo que es mas optar
por lo mejor de cada caso y aprovecharlo de la forma que mas corresponda en el
momento preciso.
El
aire empieza a tornarse pesado, todos los presentes murmuran, la incomodidad se
empieza a percibir en algunos asientos, y el silencio nuevamente llena los
vacios que antes eran ocupados por la ardida discusión entre los hablantes. El
sujeto se sienta, con una sonrisa de satisfacción que le llena el rostro, el
exponente, con su orgullo herido, pero con la expectativa de encontrar entre
los documentos que lleva consigo la respuesta y el contraargumento para refutar
lo anteriormente dicho por el que se acaba de sentar triunfante. Pero no los
encuentra, lo cual lo lleva a replantear su estrategia en mitad de la ya
iniciada conferencia. Así que se limita a mirar al público, con la expectativa
de encontrar algún compañero, un aliado, un salvavidas que lo ayude a salir de
ese apuro. Nuevamente encuentra el rechazo a su expectativa. Reorganiza sus
papeles golpeándolos contra la mesa, cerca del micrófono. Toma un poco de agua
del vaso que tiene cerca y prosigue.
La
mente andrógina, como ya habíamos dicho, es una mente en la cual, tanto la
parte masculina como la femenina están conciliando, es una conciliación de
“opuestos”. Así como también podemos poner dicho argumento en otros ambientes,
como los opuestos de la vida y la muerte, o humano y animal, e incluso entre lo
bueno y lo malo, consiguiendo con esto una creación literaria, periodística,
artística o científica de calidad, sin prejuicios y preferencias.
De
nuevo, el sujeto que se había sentado anteriormente, se levanta, con el mismo
respeto de la última vez, levanta su mano en señal de querer hablar. Es
imposible que el exponente esconda su rostro y su expresión de desagrado ante
esta situación, aunque ya se lo esperaba.
Pensaría
yo que es más probable que ese tipo de “opuestos” se relaciones con secciones
culturales, sociales e incluso religiosas. Deberíamos empezar por intentar
definir esos caracteres (la muerte, la vida, la humanidad, los animales, etc.)
no como opuestos, sino como complementos de las tantas cosas que abarcan este
mundo y que no se pueden clasificar como “buenas o malas cosas”, sino desde una
perspectiva un poco más amplia, metafórica o filosófica, espiritual o
sobrenatural. De esta forma, empezaríamos a ver que esos complementos lograrían
que la creación (en sus diferentes etapas, tipos y/o clases) se dieran de forma
natural, y por consiguiente se alimentaria en gran forma tanto la literatura
masculina (escrita por hombres) como la femenina (escrita por mujeres), ya que
sin importar que tanto lo intentemos, la distinción entre ambos sexos
(complementos) desde finales del siglo XIX es menos marcada, pero de igual
manera agrupada en diferentes ámbitos. Si logramos acercarnos a nuestro
complemento (masculino o femenino) lo mas que pudiéramos, llenaríamos un vacío
en la literatura que durante tantos años ha existido; si bien mas en el ámbito
femenino que en el masculino, y ha dejado con mal sabor de boca a muchos
escritores de ambos sexos.
Concluyendo
con estas palabras, el público se exalta en una serie de aplausos que llenan
por completo el teatro, opacan el aire pesado que lo embargaba. Después del
bullicio, todo el teatro dirige la mirada al exponente, que en su altar se
exhibe con los brazos cruzados, una mirada desafiante y pensativa, un rostro
neutro, sin ofuscación. Todo queda en silencio. El exponente descruza sus
brazos lentamente y aniquila el silencio con el sonido de sus manos chocando,
aplausos, dirigiendo la mirada al sujeto que, extrañado, lo mira fijamente.
La
discusión a terminado, la opinión ha sido dada, podemos darla a conocer al
mundo, a la clase de literatura y creación, y a los compañeros de la
Universidad Central. Pueden retirarse. Buenas noches.