CAPITULO 1ro.
Sentado frente a mi escritorio, cigarrillo en mano, una
botella de tequila junto al morro de papeles de casos sin resolver. Ha sido un
día como cualquier otro, ancianas llenando formularios de robo, dealers
arrestados por posesión ilegal de drogas y hasta un caso de un niño extraviado
que fue a dar al orfanato por equivocación. Ha pasado la media noche, lo sé por
la alarma de mi móvil, siempre suena a esta misma hora para recordarme el tomar
mis medicinas para el corazón. Ya estoy viejo para esto, pero aun no deseo; ni
pretendo pensionarme. Han sido 26 años de trabajo en la fuerza policial y he
logrado colarme en los altos mandos de esta estación de porquería, no pretendo
dejar este lugar sin dejar algunos asuntos sellados y archivados. En especial
el caso de aquella niña, Sandra, ese era su nombre.
Caso 16b sección 9. Bogotá - Colombia, Marzo 15 de 1986.
Era mi primer caso de asesinato. Siendo tan solo un novato, hacia mi recorrido
matutino por el barrio "Castilla", cuando cerca del lugar se desato
la barbarie. La víctima se llamaba Eliana, una joven de tan solo 17 años. Fue
brutalmente asesinada por su amante, Sandra, que tan solo tenía 15 años de
edad. A primera vista parecía un típico asesinato pasional.
Pero al llegar a la escena del crimen, dejo de ser algo
típico. La joven, Sandra, estaba sentada, completamente desnuda al lado del
cadáver roído, mutilado y ensangrentado de su amante muerta, con una sonrisa, y
un brillo en los ojos como si hubiera estado en el mismísimo cielo. Nadie se
atrevía a entrar a aquella habitación del horror mientras ella estuviera allí;
lógicamente yo tampoco deseaba entrar a ese lugar que, con paredes empapadas en
sangre aun fresca, órganos esparcidos meticulosamente por el suelo formando un
atros mándala, el cadáver en la mitad de la habitación con su asesino a su lado
y frases escritas con sangre y otros fluidos (aún no identificados) en las
ventanas haciendo alusión al amor que Sandra le profetizaba. La escena parecía
irreal, sacada de una película de Hollywood.
No pude retener las ganas de vomitar, lo que me llevo a
salir despedido del lugar en busca de un lugar donde desahogar este asco que
sentía y de esta forma no contaminar la escena del crimen. Al regresar al
lugar, encontré a mi superior y a un grupo del D.A.S ya en su oficio,
identificando la evidencia, recolectando muestras, fotografiando el lugar,
interrogando a los testigos y por supuesto, arrestando a la acusada, todo
aconteció tan rápido que no tuve oportunidad de analizar bien la situación, así
que mi informe con respecto a lo sucedido se redujo a una breve redacción de la
acusada, a quien, a pesar de solo haberla visto un instante, recuerdo como si
aun la tuviera en frente arrodillada en aquella horrenda habitación. Válgame
decir, que no fue un informe oficial, el cual no entregue, ya que no es una
buena forma de empezar tu carrera en la fuerza policial.
Me permitieron, después de mucho insistir, permanecer en
el caso hasta el final, así como asistir a los interrogatorios de la acusada;
me tenía intrigado el porqué y él como del asesinato. ¿Que llevo a esta joven
de semblante delicado a asesinar tan brutalmente a su amante? Nada parecía
tener sentido que Sandra lo hubiera hecho, mas todo estaba en los hechos: sus
huellas digitales en el arma homicida, su caligrafía en las frases de las
ventanas, su ropa en el lugar; que estaba limpia y sin ninguna gota de sangre o
fluido en sus telares. Totalmente organizada en una esquina de la habitación, y
una confesión firmada y grabada en audio y video de Sandra, aceptando que ella
había cometido el asesinado de Eliana. Pero había algo en esa confesión que me
llamo mucho la atención, Sandra sostenía que Eliana no estaba muerta, sino que
ya eran una, tal y como lo habían planeado desde que se conocieron (según
afirmaba ella), y que así como la religión cristiana bebe y come el cuerpo de
su salvador, ella devoro a su amante y así estar atadas la una a la otra hasta
el fin de los tiempos.
Un psiquiatra, llevado por el D.A.S para que monitoreara
los interrogatorios y las grabaciones previas a su llegada, redacto un informe
psico-conductual, en el cual definía explícitamente que Sandra padecía de una
psicosis y desorden de personalidad, que "no estaba en sus cabales"
ya que según menciono en el informe: la psicosis un rasgo característico de los
psicópatas es su falta de criterio con respecto a lo bueno y lo malo, por
consiguiente no son responsables de sus actos. Perciben a las personas como
mecanismos para obtener una meta. El psicópata la relación humana no tiene
significado alguno. Su conducta irracional y falta de conciencia la hace no
experimentar miedo (o compasión), es decir, estaba loca. Pero el brillo que vi
en los ojos de Sandra en aquel momento, no me parecieron de una persona que no
supiera lo que hacía, que no creyera en algo y aun mas, que no sintiera algún
tipo de emoción por aquella a quien asesino. Mas el peso del informe
psiquiátrico fue suficiente como para aclarar cualquier duda sobre el caso.
El juicio se llevo a cabo el día 23 de Julio de ese mismo
año, mas no duro mucho. Después de llamar los testigos todo estaba claro, seria
juzgada y enviada a un reformatorio. Mas al ser llamado el psiquiatra al
estrado para testificar, todo cambio (a mi parecer para bien), leyendo su
informe y colocando las cintas de los interrogatorios, el veredicto del jurado
fue claro, Sandra sería enviada a una institución psiquiátrica, donde seria
tratada hasta su póstuma recuperación. A todos pareció alegrarles dicho
veredicto, mas, observando a Sandra en aquel momento, se veía triste, pero
tranquila, como si alguien la estuviera aconsejando y calmando en aquel
momento, algo en su mente, algo en su interior, siempre me he preguntado si esa
persona que la acompañaba etéreamente, era Eliana, nunca lo sabré.
El caso fue cerrado y archivado por la policía y el
D.A.S, mas yo no me sentía tranquilo, algo mas había entre las letras de los
hechos, algo más allá de lo que los forenses, abogados, psiquiatras, familiares
y jueces podrían haber visto...
Esta ciudad esta muriendo. Cada criatura que aqui habita esta enferma, esta
contaminada. No se dan cuenta que navegan hacia un abismo, no saben que los
espera al final. Caminan por la orilla de una cantera podrida. Tanta gente que
no sabe a donde va, o si quiera como llegar a culminar sus objetivos. Nadie se
salva, todos parecen suspendidos en un mundo que no conocen, vagan, diambulan,
son como criaturas sin mente, zombies, y yo, como una de ellos me sumo en el
mismo mundo, atrapada en un cuarto dentro de mi mente, viajando a mundos que
nadie logra reconocer, o si quiera imaginan que existen.
Lo unico que me separa de la masa andante de la humanidad es que yo acepto
estos hechos, aun estando todos dentro de una buseta; algunos hablando sobre
sus dichosas clases en alguna universidad privada ubicada en el centro, otros,
hablando de religion, en el fondo del bus solo se escuchan murmullos y
coqueteos de un hombre, a lo que parece ser su sexo nocturno.
Son aproximadamente las 10:00 de la noche, las calles de la ciudad estan
repletas de pobreza, sexo y drogas. Es común ver a los transexuales y a las
putas buscando cliente, y no hacen falta hombres para satisfacer sus
nesesidades monetarias. Mujeres y niños sumidos en la pobreza vendiendo
baratijas, algunos con la suerte de estar con su padre natural, otros, oliendo
pegante o fumando marihuana, e incluso drogas aun mas costosas y fuertes,
ademas de los sucios y asquerosos vendedores de dichas drogas.
Me percato de que ya va siendo el momento de dejar este bus y vajarme a ver
a mi amada. Es la 4ta con 19, y hay esta ella con un bestido rojo, un gaban
simple y poco maquillaje. Su tez blanca la hacia parecer una porcelana, su
contextura delgada, su cabello negro y liso, y su armonioso conjunto físico la
podria llegar a etiquetar como modelo, su rostro, que en conjunto pareciera un
sueño, no era mas hermoso que cada una de sus partes: sus ojos color miel, su
nariz respingada, sus pequeñas orejas, sus labios delgados y su rostro de piel
suave, todo resaltaba aun más con el maquillaje y la ropa. Hay estaba ella,
estaba esperandome, aguardando mi llegada.
-Eliana!
-Sandra! mi cielo!...
Besarla es como besar una nube, es tan simple y seductora que nunca nadie
lograra besarme de la misma forma. Nos tomamos de la mano y nos dirigimos a una
tienda. Hablamos de cosas vanales en el camino, el estudio, la salud, la
familia y hasta de como vamos ha hacer el amor al culminar la noche; añadiendo
que si algun hombre que de la talla, tendra la satisfacción de acompañarnos, lo
cual no es realmente importante, pero, una nunca sabe.
-Green, Kool o Marlboro Ice? - Su voz llega a mis oidos tal dulcemente que
le robo un beso.
-Marlboro Ice - es inevitable disfrutar de la cara de los hombres de la
tienda, que nos miran como si la escena fuera una pelicula porno. Una risa se
nos escapa a las dos al notar dichas expreciones. No falta tampoco el que
murmura su placer y otro que pide mas.
Salimos de la tienda, mas mi atención se sentra en Eliana, quien destila
seducción incluso mientras prende su cigarrillo. Su rostro se ilumina con la
llama del encendedor, lo que me lleva directamente a observar sus labios
delgados, que inalando se aprietan, provocando en mi una contracción similar.
Mi rostro estupefacto y algo excitado es observado por Eliana, quien me observa
mientras exala el humo del cigarrillo, formando una niebla espesa que tapa
algunas partes de su rostro momentaneamente. Todo esto no dura mas de unos
segundos, pero se graban en mi mente como un largometraje. Seguimos nuestro
camino, ahora hacia el famoso "Chorro de Quebedo", donde pretendemos
impregnarnos del ambiente alcoholisado.
Llegando al lugar, vemos que ya la fiesta a comenzado. En frente de la
iglesia el cuentero, rodeado por sus oyentes. En la fuente los grupos de
bebedores, acosados por los vendedores de dorgas. Se ven unos policias rondando
el lugar, mas no se quedan mucho tiempo, son solo dos. Los malabaristas se
encuentran reunidos, practicando, aparentemente. Los artesanos, algunos quietos
exponiendo su mercancia, otros caminando y ofreciendo sus artilugios. De
repente, hay estan, Hoolman... y sus amigos.
Todos se saludan, exceptuando a Hoolman, no conocemos a nadie mas. saludamos
efucivamente a Hoolman; el es la unica persona es este mundo moribundo que
parece darle algo de brillo. Si no fuera porque tiene pareja, y el es la
persona mas fiel y leal que ha existido, estaria de primero en la lista para
todas nuestras enfermas fantacias, ya habiamos llegado a esa conclusion en
alguna ocación con Eliana.
-Moscato, guaro o Chin-Chin? - Se escucha balbucear a uno de los
amigos de Hoolman, parece ser que ya esta algo tomado. Aunque viste igual que
otras gentes dentro de la escena metalera, tiene sus particularidades, mas no
parece dar la talla.
-Moscato - al decir estas palabras, el sujeto que pregunto saca de su
chaqueta de cuero una bolsa cafe de la que sobresale un pitillo, nos pasa la
bolsa con amabilidad para que bebamos por medio del pitillo. Primero bebe
Eliana, luego yo. Se siente como el licor dulce baja por la garganta como si
fuera un jugo vendecido por los mismos Incubos. - Gracias - digo al terminar de
disfrutar de la bebida.
La conversacion se empieza a tornar aburrida, lo que provoca que bebamos con
mas empeño, a fin de nublar el juicio y dejar que todo fluya sin preocupacion o
moral aplacante. poco a poco lo vanal y superficial; embuelto todo en
conversaciones filosóficas, empieza a adueñarce del ambiente mientras nos
dirigimos a un bar sercano.
A medida que llegamos la musica se empieza a oir cada vez mas fuerte,
pululando junto a los gritos y canticos de los compradores y bebedores. Un
ambiente ameno, erotico y hasta exquicito empieza a rodearnos. Mientras nos
sentamos en una mesa desocupada veo como el rostro de Eliana se torna de una
expreción de alegria a una de total desesperación; es uno de sus ataques de
pánico, sale corriendo del bar empujando a quien se tope en su camino.
-Yo voy por ella, no te preocupes - Me dirijo a Hoolman, quien estupefacto
me mira con cara de pocos amigos.
Al alcanzar a Eliana, la veo aterrada, llorando, con las manos entorno a su
rostro. -Mujer! que le pasa? - Pregunta un joven que estaba fumando un mustang
azul serca de ella. -¡Nada, alejece de mi!- Se escucha el grito, haciendo que
todos los presentes volteen a mirar, los murmullos no esperan a surgir:
"esta borracha", "que pena, a lo bien", "uy, pero que
mucha pola". El joven se aleja de Eliana mirandola como si la fuera a
matar, mas al verme llegar se aleja despacio sin decir una palabra.
-¿Amor estas bien? - le pregunto, mas no obtengo respuesta por largo rato,
lo que me lleva a sentarme a su lado hasta que recobre la cordura. Pasados
algunos minutos me mira y me abraza, como un niño que abraza a su madre en
busca de protección. -Han llegado, me han encontrado otra vez. - Su voz se
quiebra como un cristal a causa de su llanto.
-Quien te ha encontrado? - Le digo extrañada, conoscemos mutuamente a todos
nuestros familiares, amigos y conocidos, por lo tanto no vi a nadie dentro del
bar que tuviera algun tipo de laso con Eliana o conmigo.
-Ellos.
-Quienes, dime quienes.
-Los ángeles, me han encontrado...
CAPITULO 2do.
La noche se hace cada vez mas fría, mientras la miro con ojos extrañados,
sin entender porque ha dicho lo que ha dicho. Su rostro expresa un miedo que no
logro decifrar o si quiera explicar. Mas todo ese miedo que ella me demostraba,
se fue propagando en mi interior como un cancer asesino.
-Vamonos de aqui- le dije sin mas, aunque tenia la improesión de que aun si
le dijera esas palabras, no servirian de mucho. Pareciera, por como me miraban
sus ojos, que no importaba si nos hibamos o nos quedramos, no importaria que
tan lejos fueramos, esos angeles siempre estarias allí a donde llegaramos.
De repente, Sandra se levanta, aun agitada, casi hiperbentilando, me toma de
la mano y me jala con tanta fuerza que senti que por poco y me lo arranca desde
la articulación. Empezo a caminar sin rumbo, mirando para todos lados con
rapídez y espanto. Me llevo por todo el "Chorro de Quevedo" hasta
llegar al "Parque de los Periodistas", donde se detuvo, ya cansada, y
me abrazo, luego salio corriendo, dejandome por un instante observando como
desaparecia entre la gente que caminaba.
Cuando logre volver en mi, a causa de que ya la habia perdido de vista, sali
corriendo tras ella, mas no la pude volver a encontrar, se habia ido, habia
desaparecido. Intente llamarla al celular, mas no entraba la llamada.
-Lo apago!- Dije con rabia a flor de piel y en voz alta sin darme cuenta,
tan alto lo dije, que la señora que vende los minutos para celular me miro con
cara de extrañeza. La ira, el miedo y la impotencia se adueñaron de mi ser. Empezé
a caminar sin rumbo por la Calle 19, sin prestarle gran atención a lo que
sucedia a mi alrrededor, topezaba a cada nada con la gente que subía, quienes
se quedaban mirandome cuando chocabamos y con rostros enojados seguian su
camino. No fue sino hasta que un oficial, de un agarrón, evito que un taxi me
atropellara. Lo mire con ojos perdidos y empapado en lágimas el rostro.
-¿Que le pasa? ¿Esta usted bien? - Me dijo unos segundos despues de notar
que estaba llorando. Mas las palabras se atoran en mi garganta, ninguna desea
salir. Me quedo con la boca entreabierta, como queriendo decirle algo, el lo
nota, pero no logro organizar palabra alguna, asi que dejo de mirarlo e intento
seguir mi camino. Mas su mano sujeta mi brazo, no me deja ir. -¿Que le pasa?- Vuelve
a preguntar con mas incistencia. -¿Esta usted bien?- Dice estas palabras
mientras aprieta mi brazo ocn mas fuerza.
-Me duele, suelteme!- Le digo agresivamente y para que todo el mundo
escuche. Lo hace, me uselta, me mira con expresión de ira, mas no em importa.
Lo miro desafiante y sigo mi camino.
"Donde estara?", es un pensamiento que ronda mi cabeza, no logro
apartar de mi lo sucedido hace unas horas. Se fue y dejo una zozobra
aniquilante, se fue y dejo un bacio interminable. Intento llamarla cada cierta
cantidad de tiempo que no me tomo el tiempo de contar, pero siempre es la misma
respuesta, apagado, cada vez que recibo esa respuesta, articulada por un
mensaje de contestadora que dicta "deje su mensaje despues de..." mi
desesperación es mas evidente y mas fuerte.
Me detengo para ver donde me encuentro. -Voy a buscarla- me digo a mi misma
al mirar la dirección donde me encuentro, no estoy muy lejos de la casa donde
recide. Me dirijo hacia "Lourdes", Sandra vive en un apartamento no
muy grande serca de la iglesia que allí se ve. Segun me a contado ella, vive
con su tio y su hermano, nunca e estado allí adentro, pero si hemos pasado en
frente de allí y me ha contado, pero nunca he entrado.
Pasando por la iglesia, observo detenidamente a la gente que pasa, tanto por
si encuentro un rostro conocido, como si logro descucbrir el rostro de Sandra
entre la gente que allí se reune. Un cuentero y su publico, vendedores de
minutos, cigarrillos y dulces, artesanos, estudiantes y otros, adolecentes
vendiendo poemas, bolsas o incienso para costear sus vanales vicios, bebedores
y borrachos. No hay gran diferencia entre el "Chorro de Quebedo" y
"Lourdes", ambos, son morideros, pocas personas son honrradas y
"buenas" en estos lugares.
Recuerdo mientras camino, mientras busco, mientras observo, recuerdo el día
que conocí a Sandra, nos presento Hoolman mientras celebravamos su cumpleaños,
a penas la vi, me causo intriga, algo en ella me llamaba, algo en ella gritaba
mi nombre. Su mirada se pego en mi pensamiento durante meses. No cruzamos gran
numero de palabras en aquella ocación, no nos dimos números o correos. Al pasar
de los días mi intriga y deseo por verla de nuevo fue creciendo, hasta el punto
de la desesperación. Hasta que, como si Hoolman me leyera el pensamiento de
alguna forma, me invito de nuevo a salir e invito tambien a Sandra. Aqui mismo,
en frente de la iglesia, la volvi a ver, mas de nuevo no logre entablar una
conversación muy larga con ella, mas esta vez los numeros y correos surgieron
como agua de río. No es que no quisiera hablar con ella, no es que no quisiera
conocerla, pero su presencia, y mas que todo su mirada me provocaba pánico y me
quedaba sin habla, su belleza mermaba todo pensamiento coherente. Siempre me
causo dichos sentimientos, tanto así que solo el pensar en llamarla provocaba
en mi temblores y escalofrios. Fue ella quien decidio dar el primer paso y
llamarme, decidimos vernos ese mismo día que me llamo en el parque Simon
Bolivar para comer algo, ya que yo vivía por hay serca. Cuando nos vimos por
tercera vez ya no estaba tan nerviosa y asustada como las dos veces anteriores,
así que por fin la conversación surgio de manera natural y fluida. A cada
palabra me cautivaba mas, sus ojos, sus pensamientos, su forma de ser y ver la
vida me hicieron parecer a mi misma una niña, y que debia aprender aun mas de
la vida; y queria aprender junto a ella.
Despues de aquel día, resivia llamadas constantes de parte de Sandra, nos
veiamos como mínimo dos veces a la semana, comprendi unos meses despues que me
habia enamorado de ella y que debia decircelo, mas ella, de nuevo, tomo la
iniciativa y me dijo exactamente lo mismo que yo le hiba a decir, que fueramos
pareja. Así empezamos, mas nunca me permitio indagar en su vida profundamente,
siempre que le hacia alguna pregunta de tipo muy personal, simplemente las
evitaba cambiando el tema o guardando silencio por unos minutos para que yo me
percatara de que no queria hablar de ello. Despues de un tiempo simplemente
deje de hacerlo y preferí sumirme en el presente mas que en el pasado.
Llegando, precisamente al frente del edificio de apartamentos, pero no logro
recordar el numero del apartamento, o si quiera el piso. Pasan algunos minutos
en los que intento recordar, pero es inutil, no lo consigo recordar. Recurrire
a lo ultimo que imagino, llamar al apartamento, llamar al telefono fijo.
Timbra
algunas veces y contesta un voz gruesa, un hombre, debe ser el hermano -alo?-
dice.
-Buenas por favor Sandra?
-Un momento miro haber si se encuentra- Contesta la voz masculina. Durante
unos segundos no se olle nada mas que una minima estatica.
-No, no se encuentra. ¿Quiere dejarle la razón?
-Si, digale que la llamo Eliana, que apenas llegue que me llame.
-listo, yo le digo.
-Muchas gracias, adios.
-Adios.
Al colgar, una desesperación inunda mi ser, llevandome al límite. Entro a un
bar sercano, pido un tequila, me lo tomo de un sorbo y pido otro. Despues de
cinco tequilas pido una cerveza y me siento en una mesa sercana; Ahogare estos
sentimientos con alcohol, mucho alcohol, despues, mañana miraremos que pasa...
CAPITULO 3ro.
Este dolor de cabeza. El solo pensar en ese caso me revuelve el estomago y
me dan nauseas. Un vaso de whisky lo arreglara todo. Recuerdo haber visitado a
aquella joven en el manicomio después del juicio, parecía tranquila, aunque tenía
una compañera de cuarto poco recomendable para una muchacha tan joven. Ángela,
una esquizofrénica, tenia delirios con que era "Ellizabeth Bathory" y
cada vez que se le presentaba la oportunidad terminaba desangrando a un
paciente y bañándose en su sangre en plena sala de visitas. Tenían que
medicarla cada 4 horas, y por si fuera poco, la mantenían en aislamiento por 3
meses después de cada ataque, no puedo creer lo poco profesionales y peleles
que pueden llegar a ser esos psiquiatras, y más los conductistas que creen que
con algunas descargas eléctricas en la corteza cerebral de la joven Ángela
arreglaran el problema. Aun hoy en día lo hacen, aunque a escondidas, ya que
las naciones unidas, en la mayor parte de los casos, les están pisando los
malditos talones.
Para mí era una preocupación constante la pobre Sandra, estando allá, con
todos esos locos. Ella cometió un crimen, sí, eso no lo niego, mas, a mi
parecer, no es merito para meter a una joven de su edad a una vaina de esas, la
empeorarían, o matarían en el mejor de los casos. Mas solo podía limitarme a
visitarla, como amigo; ya que el caso estaba cerrado, y seguir una
investigación por mi parte. Este caso me intrigaba de sobremanera, y a mi
parecer, había algo mas detrás de toda esta sangre derramada, solo Sandra podía
sacarme de estas dudas. Por eso, la visitaba constantemente en mis ratos
libres. Llegue a cogerle algo de cariño a la pobre jovencita, ya que ni sus
familiares la visitaron el tiempo que estuvo internada, solo aparecieron el día
de su muerte, el día que no pudo más y se suicido. Aunque suicidio es mucho
decir, para mí no tiene nada de suicidio eso, pero es algo que aun no me logro
explicar.
La visite algunas veces, todas las visitas las tengo registradas en una
grabadora y un blog de notas que nadie ha visto, o vera alguna vez.
"1ra visita. Octubre 26"
-Sandra parece asustada, lleva solo 3 semanas internada y no sabe donde esta
parada. La sedan una vez al día ya que no presenta síntomas de agresión en
contra de las otras internas o de sí misma. Le e preguntado cómo se encuentra,
no me ha contestado nada. Durante todas las 2 horas de visita que nos
permitieron se a limitado a mirarme fijamente y no decir ni una palabra. Me
inquieta saber qué piensa de todo esto, y aun más, los detalles del asesinato y
el motivo.
"2da visita. Noviembre 5"
-Hoy es el cumpleaños de Sandra, le traje un obsequio, aunque esta
destartalado a causa de la inspección de los de seguridad; según el protocolo.
Era un oso de felpa negro, del estilo que a ella le gusta, o eso creo. Lo ha
recibido con todo gusto y me ha dicho "gracias" después bajo la
cabeza, como si estuviera avergonzada o dormida o sedada. Eh preguntado el
numero de dosis que le han seguido suministrando, sigue siendo la misma que
hace una semana, mas, para mí, esta niña se está quebrando, y feo. No ha dicho más
en toda la visita.
"3ra visita. Noviembre 16"
-A causa de papeleo en la oficina me e demorado un poco en visitar a Sandra.
Aunque esta vez ha hablado mas conmigo, me ha dicho: -Yo la amaba, bueno, la
amo, no pensé que lo que ella me pedía era tan malo para ustedes- y a callado
de repente, como si algo, o alguien, la callara y le evitara pronunciar alguna
palabra más. "¿Lo que ella me pedía?" que quiso decir con eso, ella
le pidió ¿que la matara? Vendré la próxima semana haber si logro saber más.
"4ta visita. Noviembre 22"
-Hoy he encontrado con gran animo a Sandra, me a sonreído apenas me ha visto
y me ha dado un abrazo muy fraternal, casi como si fuera su padre. Se a sentado
a mi lado y me ha mostrado unos dibujos que ella ha hecho en los ratos de ocio.
Aunque no e entendido mucho los dibujos, me los ha descrito con gran precisión,
son 4; el primero es, según ella, la entrada a una capilla donde solía sentarse
a hablar con Eliana sobre la vida y lo poco interesante que parecía esta sin
que estuvieran la una al lado de la otra; el segundo, es un parque, donde solían
reunirse con Hoolman, un amigo de ellas me decía Sandra; aquel que las junto; según
ella, es como un querubín o como Cupido. En aquel parque solían encontrarse
para jugar cartas y beber un poco, entre esos juegos salían a relucir las fantasías
y deseos de cada uno de los presentes sobre el futuro; el tercero, era una
especie de ángel, que ella me decía que siempre acosaban a Eliana, y por más
que intentaba huir de ellos no lo lograba, el último de los dibujos era sobre
Eliana, golpeada y magullada, Sandra me decía que era que el padre de ella la
golpeaba y la violaba, y que la madre nunca hizo nada para evitarlo. -Qué clase
de persona en su sano juicio ¿deja que le hagan eso a su propia hija? debería
ser esa mujer, la madre de Eliana, la que estuviera aquí encerrada- me ha dicho
Sandra, y ha entrado en un ataque de ira y furia y a destrozado los dibujos,
todo esto ha hecho que nuestro encuentro sea más corto. Aunque debo admitir que
apruebo la actitud de Sandra, en cierta medida, debería ser la madre de Eliana
la que en primera estancia debería estar aquí.
"5ta visita. Noviembre 28"
-Apenas e llegado y ya me han dicho que Sandra no puede ver a nadie. He
preguntado el por qué, y me han dicho que ha tenido un encuentro con su
compañera de cuarto, Ángela. Han discutido, y Ángela a cortado a Sandra a nivel
del omoplato, en su espalda y la ha mandado a la enfermería. No me dejan verla
allá, así que no podre verla hoy. Me han terminado diciendo que la cambiaran a
un cuarto único por los próximos 6 meses mientras se recupera de la herida.
"6ta visita. Diciembre 24"
-Hoy se cumple el tiempo de recuperación de Sandra, y a buena hora, ya que
es festividad. Al llegar se ha alegrado bastante, no nos veíamos hace ya unas
semanas, le e entregado un gato de peluche como obsequio de navidad. Aun en
estas festividades la familia de Sandra no la ha visitado, que gente tan
inhumana, a mi parecer. La hemos pasado de maravilla caminando por los jardines
del manicomio, al parecer, estas visitas han logrado un grado de confianza en
Sandra. Ha procedido a contarme sobre Eliana. Me conto que Eliana era una
persona sumamente solitaria, solía perderse durante grandes periodos de tiempo
sin dar aviso de vida hasta que se le antojara, incluso llego a hacerlo con
Sandra, quien me contaba que se desesperaba hasta el punto de la locura, ya que
no sabía si Eliana estaba viva o muerta, o donde estaba. La familia de Eliana
ya estaba acostumbrada, aun cuando siempre ponían denuncias de desaparición
“por si las moscas”, después de un tiempo dejaron de preocuparse por las
desapariciones momentáneas de Eliana. En parte; me decía Sandra, que ella se
desaparecía porque a Eliana le gustaba estar sola, que eso la tranquilizaba y
la hacía recuperar fuerzas para seguir en su vida, ya que, su madre dejaba que
su padre la violara, así que su estancia en aquel lugar al que algunos llaman
hogar, para ella no lo era, y solo era un hueco lleno de porquería, en donde
ella no era valorada y si violada. No terminamos de hablar cuando ya se pasaron
las dos horas de visita, así que continuaremos en otra ocasión.
"7ma visita. Diciembre 29"
-Hoy Sandra me a contado sobre los ataques de Eliana, veía “ángeles” que la
perseguían a donde ella fuera, más que todo en lugares muy concurridos, centros
comerciales repletos de gente, bares, discotecas, etc. Aunque no sucedía todo
el tiempo, podría pasar en cualquier momento y lugar donde se encontrasen. No
había un detonante aparente que causara dichos ataques, mas, a Sandra le
asustaba mucho cuando Eliana sufría de eso, ya que su comportamiento se tornaba
inestable y agresivo en la mayor parte de los casos. Me conto que hubo una
ocasión en la que Eliana golpeo a Sandra con un ladrillo dejándola inconsciente
y sola en medio de la calle, seguramente creyendo que era uno de los “ángeles”;
decía Sandra. También, que a veces optaba por auto-flagelarse, no solo con
cortadas, sino con quemones de cigarrillo y hasta golpeándose con las paredes o
con objetos en diferentes partes del cuerpo, casi siempre, en las manos y en
las piernas. Sandra me contaba esto con lagrimas en los ojos, amaba mucho a esa
joven, casi, se podría decir que la idolatraba.
"8va visita. Enero 3"
-Hoy a continuado contándome sobre Eliana, mas todo es ya muy relevante,
nada que me ayude a descifrar el motivo por el cual Sandra asesino a Eliana o
el porqué de las palabras “Lo que ella me pedía”. Aunque veo demacrada a
Sandra, me pregunto si aquí la alimentaran bien, o si solo la sedan para que
descanse. Tengo entendido que se a suspendido la dosis de los medicamentos ya
que a habido mejora con respecto a los ataques de ira momentáneos que había
tenido en el pasado Sandra, además de una considerable mejora psíquica con
respeto a lo sucedido, o eso es lo que me dicen los psiquiatras sobre Sandra,
realmente, no les creo, ellos no saben nada de ella.
"9na visita. Febrero 14"
-Hoy Sandra se ha sentado muy seria, ha hablado conmigo de todo lo sucedido
el día del asesinato, pero lo ha dicho con tanta seriedad y ligereza que me ha
parecido que lo quería decir ya, sin perder tiempo, como si algo fuera a
suceder. Todo ha comenzado 1 semana antes del asesinato, Eliana a huido de su
casa y se ha hospedado en una habitación en el barrio “Castilla”, casi nadie lo
conoce, así que es el mejor escondite que pudo haber encontrado, junto a
Eliana, Sandra se ha quedado con ella, y han pasado toda la semana hablando de
que el mundo no es lo que parece, como si estuvieran en medio de una guerra
entre sus mentes y la realidad. Según lo que me conto Sandra, Eliana le pidió
que fueran al otro lado, un mundo fuera de este, en el cual todo aquello que
les hacía daño no lo haría. Según Sandra, Eliana ya había estado allí y quería
llevarse a su amante con ella en su último viaje de ida, y sin regreso. Sandra
me conto que Eliana había sacado la noche anterior al asesinado, una taza de
té, con lo que Eliana llamaba “la llave”, en la escena del crimen se encontró
un juego de té de porcelana no muy costosa, en su interior un té de hierbas que
no se molestaron en revisar; creo saber que había adentro, voy a investigarlo
con más detalle el jueves en la noche. Después de tomar el té, Sandra no supo
que paso más, solo que estaba guiando a Eliana a ese otro mundo al que tanto
deseaban llegar, mas Sandra no había podido ir, ya que según ella misma, la
puerta se le cerró, y una voz en la oscuridad le dijo “Aun no es tu tiempo…
pronto, no desesperes, pronto, ella te esperara aquí” y que lo siguiente que
vio fue mi rostro entrando a la habitación del motel. La conversación se a
frenado de improvisto por unos disturbios en uno de los pasillos del ala oeste
del manicomio, lo cual ha provocado que corten las horas de visita de
improviso, y no hemos podido terminar de hablar con Sandra, será la próxima,
espero saber más de esto.
"10ma visita. Marzo 1"
-Me e enterado que Sandra se ha suicidado la noche anterior. Ha sido una
sorpresa para mí, todo estaba saliendo de maravilla, ¿que habrá pasado? Me han
entregado las pertenencias de Sandra, ya que soy la única persona registrada en
los archivos que la visita. Entre sus cosas esta el oso que le regale de
cumpleaños y el gato que le di en navidad. Al inspeccionar el gato, descubrí
algo adentro, una nota, el destinatario soy yo. ¿Explicara el motivo de su
suicidio? y, ¿las voces que me decía que escuchaba? ¿Me dirá sobre los ángeles?
Antes de revisar todo pregunte sobre las grabaciones de seguridad del cuarto de
ella, me las han dejado ver con el motivo de que no saben que paso, mas, no
puedo hablar de ellas a gente externa al manicomio. La grabación es
perturbadora, se ve como Sandra está de pie, durante 2 horas, sin titubear, sin
mover un solo musculo, a mi parecer estaba llorando, aunque no se ve bien; el
video es de baja calidad al igual que las cámaras, de repente mira directo a la
cámara, dice algo, a mi me pareció escuchar "adiós Carlos", ¡se
estaba despiendo de mi!, pero al devolver la cinta no volví a escuchar esas
palabras, pero podría jurar que las escuche. Después, se ve como ella misma,
con sus diminutas manos en torno a su rostro, hunde sus dedos en las cuencas de
sus ojos; no grita, se los saca como si no existiera el dolor, para luego sacar
un bisturí; como lo obtuvo es un misterio para mi incluso hasta ahora, y se abre
el cuerpo desde el pecho; entre sus diminutos senos, hasta su pelvis, lo hace
tan profundo que se ve como brota la sangre, se derrama por todo el piso, por último,
saca todo de su interior y lo deja caer al suelo, dejando solo en su mano su
corazón aun palpitante, lo observa por unos segundos antes de desplomarse
muerta en el suelo de su habitación. Lo último que se ve en el video es dicha
escena, luego, el video se corta y solo se ve estática. La conversación con los
enfermeros y enfermeras del lugar me da una clara escena de como la encontraron
después de ver lo que pasaba por los videos de seguridad, al parecer, por más
que forzaban la puerta no lograban entrar, aun cuando en el video; que se
enfoca de manera directa la puerta de la habitación, no se veía ningún tipo de
obstrucción en la puerta. Y al momento de lograr entrar a la habitación, la
joven no estaba tirada en el suelo con su corazón en la mano como se veía antes
de cortarse la grabación, sino que se encontraba envuelta en la cobija de su
cama, con sus órganos entorno a ella en forma de mándala y su corazón sobre su
cuerpo envuelto, aun palpitando.