Holocausto capitalista
¿Cuánto crees que podemos resistir?
con heridas sobre la piel,
un marco de producción del ser,
mitigando la voluntad
de los hijos de la humanidad,
apresados bajo montañas de papel
recurso decorativo
con ideales de poder
bajo números impresos de activos…
¿Cuánto esperas obtener?
pisando huesos y cráneos,
muertos abandonados,
arremetidos bajo engaños
por su “patria” olvidados.
Como poder mirar el doble reflejo
tras política, derecho y comercio
que se ve en el espejo,
una patraña moral
la que tus ojos aceptan sin vacilar…
¿Cuándo esperas actuar?
por miedo a tu mortalidad,
la avaricia parece triunfar.
Absurda conciencia pareces aceptar
resguardándote tras una máscara de falsedad,
preocupación banal
sin acción particular,
mudo, como mimo
pretendes actuar
moviendo los labios y las manos
sin gritar inconformidad,
sin apoyar la virtud real…
¿Cuánto deseas participar?
y ser uno más de la calamidad
tomando partido sin pensar
a que bando vas a parar.
Elije bien,
no existe un Cristo crucificado
o Buda calmado
o Mahoma iluminado,
ni siquiera un Dios en lo alto
que te resguarde de su contrato…
Firma y vende tu alma insípida
al holocausto capitalista,
firma y vende el futuro,
al fin y al cabo
no estaremos ahí para vivirlo…
Capitalismo
Gobierno y empresa
se alían en esta cruzada
sometiendo entereza
de un pueblo que les da portada,
son su más grande amenaza
la voluntad de su avanzada…
Capital sobre humanidad,
al hombre pretenden privatizar.
Avaricia sobre verdad,
la mente desea dominar.
Los brazos se alzan
y la moral se agazapa
¿Qué paso con la rebelión?
aquella fuerza de unión…
Levántate mortal
“Los Dioses mueren si no te oyen rezar”
grita al unísono
que el suelo tiembla bajo ese toro,
no seas un peldaño más
de aquel cáncer mundial…
Agua, aire, fuego y tierra
recurso gratuito de la naturaleza,
explotado por codicia
como si fuera algo más de la lista,
mientras crees ser libre
bajo los hilos que te mueven,
bebes, fumas, comes y vives
en una cárcel mentiras te mueres…
Vulgar manera de andar
gastando y malgastando;
productos innecesarios,
deseos inhumanos,
placeres banales llevados al extremo
comerciando todo cuanto tiene peso…
Valorar lo que tenemos
consiguiendo lo que queremos,
sin estallar en exceso
con orgulloso anhelo;
vivir en un mundo
con un código de compra en la nuca,
basando tu ego
en los ceros de tu factura…
Escoge el futuro
que el mío es incierto,
y no le pondré ningún precio...
La Puerta
Escapar de esta fragmentada intimidad
a paso ligero, a instantes lentos,
dejando atrás una nota en la habitación
dedicada a un soñador, a un domador...
Fugarse sin piedad,
lo vivido en libertad, momentos tremendos,
ya no ser aquel nombre de devoción,
epígrafe de escritor que el tiempo se trago...
Me curo en salud y la voz se calló,
a tierra fue a dar quedando en evidencia,
mentira singular que no lograba sospechar,
vocalizando la inmemorable angustia;
tras una cortina oscura mi nombre escapo,
ya no fuimos hombro sedoso, regreso siendo epidemia,
un toxico veneno; era hora de empezar,
devorando anorexico los papeles de mi simetría...
Lo que se tomo de forma cruel,
pieza que no pretendió ceder, y fallecer cruel,
ahora no para de reír
viendo a su agresor sin vida, alma vacía...
Abrí los ojos al negro amanecer, asomándome a aquel hotel,
nuevo espectáculo, ostentoso funeral
que a la luz de eclipse se resiste a morir,
cerrando abismos como portada de revista...
Letras pasadas por alto, palabras dichas en vano, no se toman en serio,
quedan en el olvido de un prado verde
alimentando el recuerdo de las flores,
mitigadas por el presente sin dar la vuelta...
Así queda el nombre en el cementerio
escondido en una lápida varios meses
adornando tumbas absueltas de colores
estampado tras las rejas, encerrado tras "La Puerta"...